Ramen, Restaurantes y Hoteles por las noches de Barcelona

Ramen-Ya Hiro Barcelona

I

Esta es una mala semana para ir de Restaurantes y Hoteles por Barcelona: el Mobile World Congress ya ha colapsado la ciudad. A ver quien se atreve a reservar, y pagar, una habitación de hotel en Barcelona o encontrar un hueco en un restaurante.

Pero la semana pasada, cuando estuvimos, era una auténtica gozada, aunque había mucho movimiento.

Nos alojamos en el Hotel Well and Come, en la calle Girona nº 158, a unas pocas manzanas de La Sagrada Familia, cerca del Pº de Gracia y muy a mano de la Plaza de Catalunya, las Ramblas y el Barrio Gótico, todo a pie.

Llevaba tiempo sin ir por Barcelona y descubrí la magnitud de La Sagrada Familia de noche y, regresando, del Pº San Juan: una maravilla de ambiente y locales variados.

A un par de ellos no nos dio tiempo para disfrutarlos pero los tenemos apuntados en la retina: Fishgon … con diferentes opciones del estupendo Fish and Chips británico y, casi enfrente, Istambul, su nombre lo dice todo.

Pero si fuimos a El Viti Taberna, un restaurante de ambiente cuidado pero informal muy al estilo de Barcelona (siempre nos ha recordado al estilo francés de los restaurantes, aunque cada uno en su estilo propio).  Gildas, croquetas, piparras y calamares a la andaluza, aderezados de buena compañía.

Otra  noche fuimos a Café Adonis 1940, a dos manzanas del hotel. De camino pasamos por el Morrysom con unos menúes económicos, caseros y abundantes al mediodía y, en la misma calle Girona, en la manzana siguiente, descubrimos una cola de unas 50 personas esperando turno para entrar en el Restaurante Japonés Ramen-Ya Hiro, el mejor restaurante de Ramen (fideos chinos) de Barcelona, del que describiré la experiencia al final del artículo. Mis amigos me comentaron que llevaba 5 años abierto y siempre las colas eran así de impresionantes.

Anibal también un local cuidado y de ambiente dónde la hamburguesa estaba buenísima, acompañada de una cerveza Turia tostada.

El Hotel Well and Come es un 4*  familiar con menos de 2 años de antigüedad y dirigido por un equipo de jóvenes muy dinámicos. Ninguna queja, diferentes ambientes en el lobby y en el desayuno y unos colchones estupendos, aunque he de decir que la ducha me encantó.

Los Cursos de Revenue Management y Marketing Digital para hoteles los impartimos en el Hotel H10 Itaca, a 5 minutos a pie de la Estación de Sants y de la Cárcel Modelo de Barcelona, ahora vacía como Alcatraz.

Elegimos el hotel por la confianza en H10 Hotels (solemos ir a los H10 en Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote) y por la comodidad para los asistentes de fuera de Barcelona por el acceso en tren. La sala, exterior y luminosa, resultó muy cómoda.

Pero lo que realmente me fascinó de Barcelona fue el. Restaurante Ramen-Ya Hiro

No tenía ninguna intención de hacer cola para cenar pero al pasar frente a el a las 7:45 vi que había sólo 20 personas haciendo cola. El día anterior ya vi que tenían unas 40 plazas: 10 en la terraza, 8 en la barra y unas 20 en el diminuto comedor: entraría en el primer turno. Pensé que abrirían a las 8 pero abrieron a las 8.30: 45 minutos de espera de pie.

De vez en cuando la camarera del bar de la acera de enfrente pasaba por la cola con cervezas para algunos de los clientes que esperábamos en la cola.

La camarera, antes de abrir, pasó preguntando cuentos éramos en cada grupo para colocarnos optimizando el espacio y, enseguida,  comenzó la entrada al “chiringuito” japonés (si fuera canario sería un “guachinche”).

Iba solo y me tocó Barra, banqueta número 8, al fondo: un discreto y buen sitio para ir solo.

Lo que me encontré detrás de la barra fue impresionante: una cocina de menos de dos metros de fondo, con todo el ancho de la barra, con perolos gigantes del caldo del Ramen hirviendo desde hace varias horas, sartenes y recipientes con agua donde introducían el Ramen en unos escurridores metálicos de raciones individuales.

Y tres cocineros japoneses atentos a las comandas: para 40 clientes del tirón.  Los cocineros sacaban el Ramen del hervidor con movimientos propios de guerreros nipones (samurais) y los depositaban en el bol individual (generosamente grande) para completarlo con el caldo y los topins de carne de cerdo y huevo.

Mientras tanto el otro cocinero pasaba por la plancha las gyozas con un método muy trabajado y les daba un toque tostado muy interesante.

La verdad es que no se lo que hacía el tercero pero estaba muy activo, los dos primeros me tenían fascinado! En cualquier caso los tres controlaban perfectamente las comandas aunque el orden de llegada no se respetó y a mi me sirvieron de los últimos: Pero se disculparon, informaron y … yo estaba encantado con el espectáculo en primera fila!

La experiencia comiendo las Gyozas fue curiosa, llevaba años sin utilizar palillos y además, después de 8 hora impartiendo el Curso de Marketing para Hoteles, me encontraba con pocas energías para hacer esfuerzos y malabarismos.

Así que partí cada Gyoza en dos, la pinché con un palillo y me la llevé a la boca imaginándome que nadie se estaría fijando en mi.

Lo del Ramen fue otra película. Nunca había probado un Ramen decente así que no tenia muy claro lo que me llegaría.

Goyzas

De entrada la cuchara era de esas de porcelana, como las de los chinos.

El Ramen estaba muy caliente pero empecé con el caldo: delicioso!

(me recordaba un poco al cocido: primero el caldo, luego los garbanzos y por último los “sacramentos”).

Mientras disfrutaba del caldo vi un cartel, en una pared, en el que describía como acercarte la cuchara con Ramen a la boca, ayudándote de los palillos y sorbiendo como un japonés! Deliciosos también.

Y por último el cerdo cocinado a baja temperatura, esa cosa blanca y rosa de pescado prensado, las algas y no sé qué más!

Sin duda mereció la pena la espera. (Además por sólo 9,50€ el generoso bol de Ramen, parece que al mediodía hay un menú por unos 10 euros)

¡Volveré al Ramen-Ya Hiro!

Así que desde entonces, desde el jueves pasado, no paro de ver videos de cómo hacer Ramen en casa, así que en cualquier momento me hago un experto en hacer Ramen.

Si vas a Barcelona, ni lo dudes!

Félix Zulaica

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