Yo fui camarero de pisos en Chelsea Cloisters Londres

London Taxi Cab Londres

Yo fui camarero de pisos en Chelsea Cloisters Londres cuando tenía 23 años, y hoy he regresado. No sabía si el puesto se debía denominar chamber maid o chamber boy, pero estuve trabajando tres semanas limpiando estudios y apartamentos.

Recuerdo la lejía Domestos, en botellas azules, y pasar la aspiradora Hoover en la horrible moqueta de los apartamentos.

Yo era un inmigrante ilegal, una españolito en Londres que si era Unión Europea (España no), curiosamente al revés de lo que será en unos años con nosotros dentro y ellos fuera.

Vivía en un squat, de ocupa, que era legal. Parece que los pisos eran del Council y la legislación permitía ocuparlo hasta que unos meses después se celebraba el juicio y tenías que irte, cosa que no ocurrió pues volví antes. De hecho, ayudando a ordenar un nuevo squat a unos conocidos, llegó la policía, nos sacó, nos identificó y nos volvió a dejar entrar.

El trabajo me lo consiguió un gallego pluriempleado y mi jefa, la housekeeper o gobernanta, era gallega también. Duré 3 semanas en el puesto y me enviaron a la calle por motivos de demasiados inmigrantes ilegales. Probablemente no era el mejor camarero de pisos y algo inmaduro. Era la diferencia entre los verdaderos inmigrantes y los inmigrantes que íbamos a pasar unos meses y aprender inglés, aunque sin dinero, claro. Cuando llegué con mis 30.000 pesetas, y la cama del hostel en Lancaster Gate me costó 700 pesetas, una simple división (30.000 / 700 = unas 45 noches, sin comer ni beber ni transporte) me di cuenta que debía de ir a la dirección de mi primo Peio, en Westbourne Park, a ver como era el alojamiento de ocupa por allí.

Hoy he vuelto a Chelsea Cloisters, 30 años después, esta vez como cliente. Mañana tengo una reunión y me pareció una estupenda oportunidad de revivir aquellas semanas.

Mientras limpiaba habitaciones y baños, en algunos apartamentos los huéspedes estaban dentro. Recuerdo una pareja de libaneses, el por encima de los 50 y ella parecía mas joven, creía que su hija, en realidad su esposa. El no se levantaba de la cama hasta pasado el mediodía. Yo creía que estaba enfermo, pero sencillamente no tenía nada que hacer y no se levantaba. Supongo que huían de la Guerra y Beirut debía estar hecha unos zorros. Cada día me regalaban algo: una naranja, una cajetilla de Marlboro, …

Recuerdo otro estudio con una madre y una hija y cantidad de zapatos por los suelos: difícil trabajo el de camarero de pisos.

Cuando la gallega me comunicó que se acabó, lo tomé muy bien y le agradecí que me hubieran aceptado esas semanas. Se quedó a cuadros y no entendía mi reacción. Me ha ocurrido un par de veces mas y siempre he reaccionado igual.

Una semana mas tarde, después de pedir trabajo en 50 sitios, estaba trabajando como washing up – friegaplatos – en Strikes 1929, un restaurante con vistas al norte de Hyde Park. El trabajo me producía mas satisfacciones y los platos y bandejas quedaban relucientes, lo de limpiar los baños me gustaba menos y el Supervisor portugués me reñía.

Aunque el trabajo que me hubiera gustado era el de recoger hojas en Hyde Park aquel Otoño, como trabajaban dos australianas y un neozelandés.

Hoy he vuelto a Chelsea Cloisters, desde donde escribo y publico esta entrada del blog, 30 años después.

Mañana en la reunión trataremos las últimas tendencias del Revenue Management de los hoteles, el open pricing y el pricing one to one, mientras recordaré esos apartamentos del Barrio de Salamanca, en Madrid, a los que voy porqué están muy bien situados y no hacen Revenue Management: los precios son muy buenos aunque la ciudad esté llena.

Curioso como ha cambiado el turismo en estos años, en los que al llegar a Londres quería trabajar como portero de noche en los Bed & Breakfast de Paddington mientras que ahora me parece un trabajo durísimo el de estar toda la noche de turno en un hotel.

Precisamente los años en los que Robert Crandall empeza a pergeñar lo del Yield Management en American Airlines, mientras Freddie Laker gestionaba con éxito su Skytrain, John Lennon era asesinado en Nueva York y el Príncipe Charles tenía citas a escondidas con Diana Spencer.

Las sensaciones en el estudio del Chelsea Cloisters, puede que el mismo estudio que yo limpié hace 30 años aunque sin moqueta, han sido curiosas. La zona de Chelsea sigue siendo espectacular y el paseo desde Victoria Station un lujo. Me ha tocado un estudio en la planta baja, muy correcto y limpio, la cama “al dente”, como a mi me gusta: firme. Lo único que la moqueta del pasillo (en la habitación no hay moqueta) me recuerda a la que yo pasaba la aspiradora, pero no creo que haya durado tanto.

Y al hacer el check out no podré resistirme y le comentaré al recepcionista: “I was a chamberboy here when I was 23”

PD: Me encanta Londres, aunque sea para venir a trabajar y no pueda ir a los conciertos de Yes, de Paco de Lucía en el Royal Albert Hall o perseguir a aquel grupo, The Swimm, por los pubs de Londres!

 

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Un comentario en “Yo fui camarero de pisos en Chelsea Cloisters Londres”

  1. Nely dice:

    Como me gusta que una persona q sabe lo duro y poco reconocido que es
    el trabajo de hosteleria ( porque lo vivió)
    Hoy en una posición distinta, mire con cariño a los que hacen ese trabajo y lo valore.Eso dice mucho de tì.
    yo también trabajé en hosteleria y afortunadamente mis circunstancias personales me permiten viajar bastante Siempre tendré palabras de respeto y cariño para las personas q con su trabajo hacen que yo pueda estar agusto y disfrutar de la estancia en el hotel.Para todos ellos gracias

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